15, Sep, 2017 en Odontología

Esta semana los pequeños de la casa han vuelto al colegio. Son días en los que toca poner todo en orden y volver a la rutina tras el “descontrol” del verano y uno de los aspectos del que no nos podemos olvidar es salud, en especial su salud bucodental.

Septiembre es una buena época para que los niños realicen su visita anual al dentista. El verano es época de helados, dulces, golosinas, comer a deshoras… y es posible que se haya acumulado un exceso de placa bacteriana en su boca. Por eso una revisión en el dentista a tiempo ayudará prevenir la aparición de caries o dolencias como la enfermedad periodontal o la gingivitis.

Durante estas visitas el dentista también podrá determinar si el niño necesita un aporte extra de flúor, para fortificar sus dientes o incluso el sellado de alguno de sus molares. Y también podrá evaluar, en el caso de que existan problemas de apiñamiento dental o maloclusión, la necesidad de llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia.

Por otra parte, el estrés que a muchos niños les supone la vuelta a la rutina puede derivar en una tensión mandibular o bruxismo, haciendo que el niño apriete y rechine los dientes de forma inconsciente, lo que a la larga conllevará a padecer sensibilidad dental o la erosión y el desgaste de su esmalte.   

Por eso es importante que los padres, muy especialmente durante esta época del año, estemos pendientes de la salud de los niños. Vigilar y ayudarles durante las tareas de cepillado e higiene dental e introducir en su rutina revisiones periódicas en el dentista, además de garantizar que el niño goce de una buena salud bucodental, ayudará a introducir el hábito de cuidar sus dientes de forma natural y favorecerá que sus visitas al dentistas no conviertan en algo traumático.